Hoy, 29 de abril de 2013, se ha inaugurado en Madrid una nueva y vistosa Biblioteca Pública Municipal que lleva por nombre el siguiente, compuesto y algo complicado: “Eugenio Trías-Casa de Fieras de El Retiro”. La segunda parte del nombre hace referencia a que la instalación ocupa las antiguas dependencias de la Casa de Fieras del Parque de El Retiro, el que fuera primer zoológico madrileño. Así de caprichoso se cumple el destino de los libros: devorados por otros soportes, ahora acaban por alojarse en las mismas jaulas que tiempo atrás habitaran fieras tales como leones, tigres, hienas o chacales… En cuanto a la primera parte, se quiere rendir homenaje con ella al recientemente fallecido Eugenio Trías (Barcelona, 1942-2013), quizás uno de los más grandes filósofos y pensadores que en español ha habido.
Intentar adentrarse en este blog en su prolífica obra filosófica sería una idea tan descabellada como inabordable. En su sitio web oficial se desglosan detenidamente su trayectoria vital y académica, sus aportaciones y logros en el ámbito del pensamiento, así como su herencia escrita: sus obras. Quiero detenerme yo aquí en una de las últimas que escribió y de las que más tiempo le llevó culminar; aquélla que quizás acabe por trascender al propio autor, pues su influjo y capacidad de atracción ha alcanzado ya, en muy poco tiempo, a legos en materia de filosofía que, como es el caso de quien escribe esta crónica, se han acercado a ella por su temática y por un efecto de seducción insorteable. Me estoy refiriendo a El canto de las sirenas, su imponente repaso a la historia de la música que acostumbramos a denominar como “clásica occidental”, siempre desde un enfoque filosófico.
Creo que El canto de las sirenas es una obra inusual en España, por lo bien escrita, trabada y argumentada que está. Pero, además de un texto de riqueza y enjundia intelectuales sin igual, resulta también un texto bellamente escrito. En cada ensayo se percibe un esmero especial por la composición de las frases, un gusto y una pasión por desplegar una escritura creativa que lleve tanto a la correcta articulación de los nudos de ideas, como a la emoción que todo objeto artístico ha de provocar en el potencial lector, oyente o espectador. No en vano, el tema único de la obra es la música, y es ella, de entre todas las artes, la más lógica (implementadora de un logos), y la más emotiva también, aquella que mayor capacidad tiene de remover nuestros sentidos y de conmoverlos. La escritura de Trías se aproxima a la música en esa pretensión, gracias al arsenal de recursos conceptuales, gramaticales y expresivos que maneja. Contraviniendo sus consejos en el prólogo que, como se ha dicho, recomiendan una lectura de corrido, tengo que confesar que yo la voy leyendo por capítulos sueltos, como los dedicados a Bach, Mozart, Beethoven o Debussy, que son para mí una absoluta maravilla.
Para saber más: sitio web oficial de Eugenio Trías