Rugidos, motores, estelas, compulsión. Los Depeche sonando a tope en la cabina del auto. La noche adueñándose de los seres, devorando sus entrañas. Una sensación de vértigo contagiada en cada esquina. Las calles infectadas de obras, desvíos, trampas. Sobre el asfalto, olor a gasoil y podredumbre.  El marasmo de Matrice convertido en función nocturna. Excrecencias humanas esquivando zanjas en coches de gran cilindrada, a toda velocidad. Límites apurados, sobrepasados. De fondo, un ritmo compulsivo, sombrío, enajenante, percutiendo en mi alma. La oscuridad y los obstáculos apenas hicieron mella en mí. Conduje el coche por aquel tráfago de modo totalmente inconsciente, con el piloto automático activadoRead More →