Arranca con sugerente brío esta Alcina del Real. Las melodías fugitivas de la sinfonía de apertura de Handel pronto nos sitúan en el punto de partida de una mágica historia: un mar, unos peñascos, las costas de una isla, a la sazón encantada, a la que llega un barco en misión de rescate. Al igual que la isla de Eea, habitada por la diosa Circe de la Odisea, la de la hechicera Alcina está poblada de bosques, afluentes, rocas y animales, que no son sino el producto de los encantamientos de su caprichosa inquilina: cuando Alcina se harta del disfrute sensual de sus amantes, losRead More →