Cuando en 1998 el primer Premio Nobel de Literatura concedido a un autor de lengua portuguesa fue a parar a manos del portugués José Saramago, muchas fueron las voces discordantes que se levantaron para reclamar tal reconocimiento para un escritor afincado al otro lado del océano: el brasileño Jorge Amado, eterno morador de Salvador de Bahía. Tales voces esgrimían su larga carrera como novelista, así como su semblante humano y político, argumentos que, infelizmente, no resultaron suficientes, de modo que don Jorge hubo de irse de este mundo sin recibir el prestigioso galardón, lo que tampoco pareció preocuparle gran cosa. Como en alguna de sus historias, enRead More →