Bach compuso en 1723 una serie de piezas como ejercicios para uno de sus hijos, Wilhelm Friedemann, a quien seguramente, vista la dedicación del padre, se le atragantaba el arte del clavecín. Creo que Bach estaba hasta tal punto implicado en la enseñanza musical que no podía ver cómo un alumno, ya fuera su hijo o cualquier otro, tropezaba una y otra vez con los mismos obstáculos en forma de teclas. El cuaderno constituye un método de aprendizaje no sólo para la interpretación, sino también para la composición, o lo que es lo mismo, para la creación. Su enseñanza y legado trascienden hoy el campoRead More →