1 comentario

  1. Jaja, ¿Qué clase de crítica es ésta? Yo soy Gen-X, de los últimos de la estirpe… de esos que nacieron a fines de los ’70s, y que algunos llaman «catalanos» —no confundir con eder-Millennials. Por lo visto, apenas me siento «algo» identificado con este artículo, y no es que no viera Trainspotting o no escuchara alguna vez Nirvana, pero el hecho es que tanto quién comenta como muchos de los míos nunca nos sentimos «taaaaan» identificados con el pesimismo grunge. Personalmente crecí con el agradable rock & pop americano, y también mucho del europeo, supongo que en parte, por ser euro-americano. ¿Fuimos «inconformistas»? Tal vez… pero ese aquello provenía del lado de las injusticias y los típicos sueños existenciales de todo joven; porque por regla general, durante la niñez, preadolescencia y hasta bien entrada la adolescencia, uno era inconformista sólo hasta que descubrir las verdades de la vida, y eso lo pudimos ver, vivir y experimentar prácticamente en cada etapa de crecimiento de nuestra humilde generación que para nada fue ajena al drama del Challenger o la caída del muro de Berlín; ambos episodios muy presentes en nuestra memoria colectiva, por más que los Boomers pretendan negar nuestras emociones y sentimientos. Y sí, digo «humilde», porque lejos de la arrogancia presuntuosa que caracterizó a los que nos siguieron, a los últimos Gen-X nos criaron como una prole soñadora y en eso es lo que creemos: en la esperanza. No en la apatía grunge, aunque sí nos rozó un poco, pero no fue nuestra esencia ni por asomo. Y es que las bondades de la vida no llegaron nunca gratis para ninguna generación. Con el tiempo crecimos, y asumimos nuestra identidad, y estamos «orgullosos» de ella dentro de nuestra humilde existencia soñadora. Somos y seremos Dreamers por toda la vida, y eso es lo nuestro, no una obsesión por el éxito. El éxito estará siempre ahí, en nuestro retro-futurismo existencial… esperando por nosotros, sin importar que nos tome la vida entera, y es que les guste o no a los demás: moriremos jóvenes, porque nuestro espíritu vive y sobrevive en la preadolescencia ochentera analógica, que es la que nos formó hasta la medula espinal. Eso es lo que define a mi gente: mente, cuerpo, alma y espíritu… somos las chicas y chicos de los ’80s por toda la eternidad. El espíritu «pop» de esa «nueva generación» que prometió un futuro que los que siguieron pretendieron robar. Pues no señores: Los Gen-Xers somos y seremos el futuro de la Humanidad hasta el fin de los tiempos, porque la esperanza de un mundo prometido nunca muere. Y si algo compartimos con los Boomers es esa fuerza interior que nos inculcaron ellos mismo, para transmitir a las generaciones venideras… ¡Kowabunga! Rock & Pop and ’80s FOREVER! Así que dejen de llamarnos «obsesivos» sólo porque el cielo nos regaló el cometa Halley y la Supernova 1987A. ¡Hasta la visa, baby! 😎👍 Ah, y no digan que nos quedamos sin rebeldía, porque ahora mismo sigo siendo un rebelde… pero a diferencia de los milénicos, los Gen-Xers somos rebeldes ¡CON CAUSA! 🤟 And with the power of conviction, there is no sacrifice, it’s a do-or-die situation: We will be invincible. Gen-X

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *