Mi quinta novela lleva el título de un fabuloso paraje, Canyonlands —uno de los parques naturales más impresionantes y salvajes de Estados Unidos—, y como subtítulo: Balada de una cuarentena; una leyenda que aparentemente poco tiene que ver con tal belleza natural, sino más bien con la pandemia de coronavirus que ha asolado al mundo durante 2020.
Déjenme que les cuente un poco acerca de la génesis de la historia, que fue dual, al igual que el título. El embrión surge de mi segundo viaje a los Estados Unidos, en noviembre de 2019, en el que tuve la ocasión de recorrer fugazmente, junto a otros parques nacionales, el de Canyonlands, en el estado de Utah. Aquella experiencia de apenas una jornada marchando a pie por la inmensidad de sus cañones y la aridez de sus tierras desérticas supuso una revelación, así como cierto proceso de levitación mental. Las sensaciones exteriores e interiores durante la agotadora senda hicieron que mi mente volara y se desconectara del esfuerzo físico del cuerpo. De pronto, me asaltaban un motón de imágenes, recuerdos, intuiciones y relámpagos creativos… Así, con las notas que tomé acabada la ruta, germinó la idea de una narración corta, muy abstracta y con rasgos lírico-filosóficos, acerca de todas las asociaciones que se me habían aparecido durante el camino. A veces, no hay nada mejor que vaciar la mente, convertirla en un desierto, para que ese vasto escenario se pueble de los habitantes esquivos que son las ideas.
Adelanto en este punto que se trata de una novela corta o relato largo, de algo más de cien páginas impresas; un género que no había abordado apenas hasta ahora y en el que no sabía bien cómo podría desempeñarme. No es cuento ni es novela; es algo intermedio que participa de ambos géneros y presenta sus propias leyes y carácter. Síntesis, desnudez, renuncia a la profusión de descripciones y detalles, lirismo certeramente condensado… Muchos referentes en la cabeza: el Cormac McCarthy de La carretera o el Auster de Trilogía en Nueva York o La invención de la soledad, sin olvidar a los maestros de la Generación Beat… Las lecturas recientes de literatura norteamericana contemporánea me retaban a intentarlo. En todo caso, era algo que me planteaba para más adelante, por no interrumpir el proceso de escritura de otra novela larga en el que aún me encuentro a día de hoy.
Sin embargo, a comienzos de marzo de 2020, irrumpe la pandemia de Covid-19 con especial virulencia en España y, más si cabe, en la región de Madrid. De la noche a la mañana, se decreta el Estado de Alarma y nos vemos confinados en nuestras casas o pisos —aquellos más afortunados—, cuando no en reducidas habitaciones, por un tiempo que se preveía fuera de unas pocas semanas y que, al final, fue de casi tres meses. Esa experiencia de estricto confinamiento, tan radicalmente distinta a la amplitud del desierto, me hizo revivir, en cambio, muchas de las sensaciones de Canyonlands. Contra todo pronóstico, el tiempo se detenía o se ensanchaba de similar manera. Era la misma sensación de estar enclaustrado: una en la vastedad de un espacio abierto, y otra, en la estrechez de un cuarto o vivienda. Se trataba de un tiempo sin contornos, en el que la mente y el espíritu podían viajar libremente y traerse en el morral un sinfín de alumbramientos.
Fue así como decidí interrumpir la escritura del otro proyecto largo y entregarme por completo a la nueva idea. Ahí brotó la narración, escribiendo sin pausa cada día entre los meses de abril y mayo de 2020, en plena curva de la primera ola de la pandemia en Madrid. Una narración en primera persona, con viajes de ida y vuelta en el tiempo y en el espacio, y salpicada de conexiones filosóficas a modo de reflexiones y citas. Su protagonista, Mike Bradford, es un tipo muy especial: se trata de un fotógrafo y reportero norteamericano, cuya mirada, a menudo poética y distanciada de la realidad, me ayudó a mí mismo —como autor e individuo— a afrontar la vivencia de la pandemia y del encierro desde una óptica distinta; iluminadora y positiva.
La novelita ve la luz justo en el cierre de este complicado año, publicada por mi editorial Malbec, en una cuidada edición que incluye 30 fotografías en blanco y negro de los paisajes más pintorescos de Canyonlands, los cuales se mencionan en el relato del protagonista, sirviendo así de guía visual de su recorrido. Deseo que esta muy personal crónica sobre el estallido de la pandemia de Covid-19 en Madrid, en el mes de marzo de 2020, con viajes a otros territorios lejanos, les sorprenda y emocione a partes iguales.